Bodega K5, la bodega de Karlos Arguiñano.

Bodega K5, una inolvidable experiencia enológica en la localidad gipuzkoana de Aia.

A 300 metros de altitud, en un entorno mágico, entre caseríos, viñedos y bosques, hace acto de presencia la Bodega K5, el proyecto enológico que Karlos Arguiñano y sus 4 socios tienen en el municipio de Aia. La carretera que nos lleva hasta la bodega, estrecha y con mucho desnivel, deja entrever que se trata de un camino de poca afluencia, una carretera, destinada a conectar los caseríos de los montes de Aia, una senda, que nos conduce hasta uno de los puntos más especiales del municipio. Situada al abrigo de las laderas que atraviesa el camino Andatza Diseminado Barreiatua, la bodega K5 constituye un pequeño refugio de paz desde el que avistamos gran parte de la costa gipuzkoana.

La bodega K5 es un proyecto constituido por 5 enamorados del pueblo vasco, una cuadrilla, en la que suena con fuerza el nombre del mediático chef vasco, Karlos Arguiñano.

La Bodega K5 es un espacio enológico donde se degusta uno de los mejores txakolis de todo Euskal Herria, un lugar tranquilo, único, especial. ¿Os apetece conocerlo junto a nosotros?

Vistas: La Bodega K5 mira fijamente al mar cantábrico para ofrecernos una de las mejores panorámicas de la costa gipuzkoana. La ladera en la que se sitúa K5 alberga viñedos, campas y bosques, una increíble colección natural que destaca por su gran abanico de colores. Gracias a la altitud a la que está situada la Bodega K5 (300 metros), se puede reconocer fácilmente el Ratón de Getaria y el puerto de Orio, dos espacios emblemáticos de nuestra costa, 2 lugares, perfectos para degustar un buen pescado a la brasa.

Edificio: Los txakolis K5 Y K pilota siguen los pasos de su especie abandonando los baserris de antaño para refugiarse en las modernas bodegas de la actualidad. Y es que, la estructura de la Bodega K5, diseñada en 2006 por el estudio de arquitectura catalán Alonso, Balaguer y Arquitectos Asociados, alberga unas instalaciones que cuentan con la tecnología más avanzada.  El edificio forma un semicírculo integrado en la montaña, una estructura seria, noble y funcional en la que destacan el cemento y el cristal.

Visita: La visita a la Bodega K5 realiza la misma ruta que realizan los racimos de Hodarrabi Zuri en época de vendimia, de los viñedos a la bodega. En la entrada, un cartel muestra la orientación, delimitación y nombres de las parcelas: soroberri, eguzki, beko…todos ellos nombres en euskera que hacen referencia a las características de cada una de ellas. Tras la ruta entre viñedos, se accede a las tripas de K5 para conocer los secretos de los caldos que se producen en  ella, la maquina despalilladora, los maceradores, los depósitos de acero inoxidable y una moderna embotelladora y etiquetadora nos ayudan a comprender el proceso de elaboración del Txakoli K5 Arguiñano y K Pilota. El punto y final de la visita lo pone el hamaiketako (aperitivo de las 11 en euskera) que preparan en el espacio principal de la bodega para degustar los caldos que elaboran, K5 y K Pilota, simplemente perfecto, el mejor momento de la visita.

Atención: Nagore, la persona que nos atendió durante nuestra visita, nos presentó el proyecto con pasión, contagiándonos su respeto y admiración hacia la Bodega K5. Una visita personalizada, llena de anécdotas y dinámica que nos hizo sentir como en casa, 100% recomendada.

Responsables y socios: Aunque el auténtico y genuino cocinero vasco, Karlos Arguiñano,  es la imagen visible de la Bodega K5, comparte responsabilidades y obligaciones con otros 4 amigos, 4 soñadores, que al igual que él, quisieron dar continuidad a la cultura vinícola del pueblo vasco con su proyecto, la bodega de Txakoli K5.

Viñedos: Aunque a simple vista todos los viñedos parezcan iguales, existen decenas de factores que los  hacen únicos. Las 15 hectáreas de viñedos de la Bodega K5 no son la excepción, asentados sobre suelo de pizarra y granito, marcados por la influencia del mar cantábrico, la altitud, la variedad y la producción de bajo rendimiento, nos regalan unos racimos diferentes al resto, una materia prima que lo dice todo del Txakoli que producen.

Ubicación: K5 se encuentra en Aia, (un pequeño municipio gipuzkoano situado a unos 9 kilometros de Zarautz), en un alto, junto al caserío Estenaga, rodeada de bosques, riachuelos y viñedos. Recomendamos fijar Andatza Diseminado Barreiatua, 16, como destino en el GPS, no tiene perdida.

Historia y tradición: La historia de la Bodega K5 tiene como protagonista la amistad de Abel Agirre, Julián Arruabarrena, Iñaki Burutxaga, Joanjo Landa y Karlos Arguiñano, 5 compañeros de txoko (sociedad gastronómica) que se aventuraron en la compra de 30 hectáreas a la marquesa de Narros con el objetivo de crear una bodega de Txakoli propia. Una aventura, que se inició en el año 2006 con la construcción de la bodega y que ha ido sumando adeptos con el paso del tiempo. La bodega, los productos y todo lo que rodea la marca K5 están llenos de pequeños guiños a nuestra cultura e historia, ¿sabíais que K Pilota rinde homenaje a la pelota vasca? ¿Sabíais que K Pilota se presentó en el Frontón Bizkaia?

Marca y productos: Txakolis “K5 Argiñano” y «K Pilota», 2 txakolis 100% Hondarribi Zuri para diferentes platos y momentos.

Gracias a las nuevas plataformas de compra online, es posible hacerse con este magnífico txakoli sin moverse de casa, en un par de clics. De la bodega a casa. Si tenéis curiosidad por degustar el vino blanco que elabora Carlos Arguiñano, os recomendamos que compréis una botella y la disfrutéis en familia o con amigos. On egin!

Comprar txakoli k-pilota

Estos 2 txakolis mono varietales (Hondarrabi Zuri) están presentes en los 5 continentes y no es de extrañar ya que enamoran a todo aquel que lo prueba, testigo de ello son, las 2 cajas de muestra que adquirimos en la bodega. La Bodega K5, sus caldos, sus vistas y su historia bien merecen una visita, ¿la vuestra quizás?