Ruta por El Regato, el pulmón verde de Barakaldo.

Recorrer esta bonita ruta familiar por El Regato es una de las mejores formas de conocer la riqueza histórica, natural y gastronómica que esconde este rincón de Bizkaia.

La ruta por El Regato que os mostramos separa los barrios de Gorostiza y El Regato mediante aproximadamente 3 kilómetros, una ruta familiar, que ameniza nuestra estancia con los pantanos, ríos, museos y restaurantes que encontramos a nuestro paso. Barakaldo, uno de los núcleos urbanos más importantes de la Margen Izquierda del Nervión, encuentra en El Regato una de las zonas más bonitas de su territorio, un pequeño valle, en el que el agua es uno de los grandes protagonistas. Ríos y pantanos emanan agua durante todo el recorrido, y es que si remontamos el valle hasta su zona más alta, disfrutaríamos de una bonita panorámica donde el agua marca el camino a seguir. El Regato y los pantanos que le rodean (Gorostiza, Etxebarria y Oiola) son una vía de escape perfecta al bullicio que se crea en el núcleo urbano, a tan solo 4 km de estos parajes naturales. Un plan familiar muy demandado, en el que las fotos en los pantanos, la visita al Centro de Interpretación Histórico y Medioambiental de El Regato (CIHMA) y la degustación de una buena ración de alubias o rabas (depende del hambre e intenciones) es prácticamente obligatorio.

Las características de El Regato, rural, tranquilo y salpicado por el carácter industrial de Barakaldo, hacen que este espacio tenga todo lo necesario para pasar un bonito día en familia. Y es que, aunque la ruta que os proponemos forma parte del recorrido PR-BI-210, un paseo de 15 km de longitud y 3 horas de duración, os recomendamos realizar únicamente una parte de él, el tramo más bonito e interesante. Así, en vez de recorrer toda la PR-BI-210, la llamada «ruta de los pantanos», únicamente recomendamos recorrer la distancia entre el barrio de Gorostiza y El Regato, disfrutando de todos los encantos de ambos mientras hacemos algo de deporte y dejando, además, tiempo para conocer otros lugares de la zona como el Museo Minero del País Vasco.

El Regato es junto a otros lugares como La Arboleda o el Serantes, uno de los grandes espacios verdes de la margen izquierda, un medio rural, en el que el sonido del agua llama nuestra atención mientras recorremos las orillas del pantano de Gorostiza. Aunque existe la posibilidad de recorrer ambas orillas, nosotros nos decantamos por la zona reacondicionada, un paseo agradable, con bonitas vistas y sencillo de recorrer, que rodea prácticamente toda la orilla derecha del pantano hasta llegar al núcleo urbano de El Regato. La otra opción, la orilla izquierda, también tiene sus encantos e inconvenientes, se trata de una vía más natural, en la que los arboles cubren el camino a nuestro paso, adentrándonos más en la naturaleza pero también alejándonos de las vistas sobre el pantano. Para gustos los colores. Las 2 opciones son igual de validas, por lo que si tenéis dudas, recomendamos ir por una de las orillas y volver por la otra.

Pasear junto al rio Castaños y el pantano de Gorostiza, mientras recorremos el llamado camino del agua o la ruta de los pantanos de Barakaldo,  nos ofrece pinceladas de conocimiento sobre la historia de este lugar que desconocíamos. ¿Sabíais que en las profundidades del pantano de Gorostiza existe un barrio llamado Aranguren? Hoy en día, en años de sequía, es posible apreciar la punta de su ermita.  ¿Curioso verdad?

Historia: Según varios historiadores, los orígenes de El Regato nos hacen retroceder hasta prácticamente el año 740, un increíble viaje en el tiempo en el que se podría comprobar la importancia que la agricultura, la ferrería y la minería han tenido a lo largo de la historia en este increíble valle bizkaino. Por desgracia, este barrio que antaño gozaba de una excepcional salud económica y social, ha ido perdiendo poder adquisitivo a la vez que desaparecían sus habitantes, gente antaño atraída por la industria hoy prácticamente desaparecida. La existencia del rio Castaños, los montes y los bosques de los alrededores, contribuyeron a que en El Regato fuese un espacio perfecto para las ferrerías y otros tipo de establecimientos siderúrgicos, y es que, en su época dorada se llegaron a contar hasta más de 70 edificaciones de este tipo. Desgraciadamente, todas ellas desaparecieron con el paso del tiempo. Los pantanos presentes en el Regato también fueron creados para fines industriales y es que sus aguas, antes utilizadas para dar vida a molinos y ferrerías, también fueron importantes para empresas como Altos Hornos de Vizcaya (AHV).

Museo: En el núcleo urbano de El Regato, en las antiguas escuelas, encontramos el Centro de Interpretación Histórico y Medioambiental de Barakaldo, un pequeño e interesante museo que nos muestra la historia y el carácter de todo lo que le rodea. Ayudado por maquetas, videos y paneles informáticos, mediante una visita autoguiada y de forma gratuita, este museo bizkaino abre sus puertas durante los fines de semana a toda persona interesada en visitarlo. Este espacio, gestionado por el ayuntamiento de Barakaldo, nos ayuda a comprender la forma de vida y las costumbres de sus habitantes mediante las 2 plantas de las que dispone. Muy interesantes las maquetas y videos de la segunda planta, totalmente recomendado.

Ubicación: El Regato forma parte del término municipal de Barakaldo, uno de los núcleos urbanos con mayor densidad de la margen izquierda del Gran Bilbao. Barakaldo es conocido a nivel internacional por el BEC (Bilbao Exhibition Centre), la feria de muestra de Bilbao, un recinto donde se realizan alguno de los eventos más importantes de todo Euskadi. A este gran atractivo turístico se le suman lugares como el Jardín Botánico o El Regato, espacios muy distintos que completan a la perfección el recorrido típico que se realiza por sus calles y plazas. En este aspecto, El Regato, representa la zona verde más salvaje de Barakaldo, uno de los mayores paisajes naturales. Las características del valle en el que se encuentra el núcleo urbano de El Regato, de difícil acceso y escondido entre montes, ha protegido el carácter rural de esta zona de las garras de la burbuja inmobiliaria.

Naturaleza: Aunque la industrialización dañó parte de este espacio, gracias a la existencia del rio Castaños, los pantanos de Etxebarria (1885) y Gorostiza (1945) y los bosques que los rodean, se ha conseguido mantener una bonita biodiversidad entre la que destacan los robles y el pez espinoso, un pez muy escaso en Euskadi que ha encontrado en El regato un medio perfecto en el que reproducirse.

Cómo llegar: Para llegar hasta El Regato podemos optar por transporte público o privado. En caso de decantarnos por el primero de ellos, el público, debemos resaltar los servicios de Bizkaibus y el Metro de Bilbao, mientras que si optamos por la segunda opción, os recomendamos dejar el coche en el parking que encontramos antes del Polideportivo de Gorostiza (si no encontráis sitio, la urbanización que encontramos un poco más adelante, a mano izquierda, es la mejor opción).

Gastronomía: La gastronomía, uno de los puntos fuertes de nuestra tierra, cuenta con buenos representantes en el núcleo urbano de El Regato, concretamente, en establecimientos como el restaurante Errekatxo, un local que no duda en anunciarse como restaurante de «Cocina tradicional y casera» especializado en alubiadas. En nuestro caso, nos decantamos por algo más ligero, un pequeño hamaiketako (almuerzo de las 11:00 en euskera), unas rabas.

Hablando de comida no podemos dejar sin mencionar la importancia que las cerezas tuvieron en El Regato, y es que, este fruto hoy en día prácticamente desterrado, tiene un gran arraigo en las laderas que dan forma al valle. Un hecho, que se ve representado en Gereziaren jaia (Fiesta de la cereza en euskera) cada primer sábado de junio. Según dicen, la cosecha de la cereza era una de las mayores inyecciones económicas que recibía El Regato antaño. Una forma de vida, que fue entrando en claro declive cuando los trabajadores dejaron el campo para incorporarse a las plantillas de las industrias mineras que lograron gran fuerza a lo largo del siglo XX. Esta tradición, fue recuperada en el año 2006 gracias a una petición de la asociación «Roke Deunaren gereziak» con el único objetivo de recordar el pasado rural de este espacio de Barakaldo.

Ruta: Este pequeño paseo tiene su origen en la PR-BI-210, el llamado «camino del agua» o «ruta de los pantanos», una ruta de pequeño recorrido de la que hemos extraído el tramo que une el Polideportivo de Gorostiza y el núcleo urbano de El Regato. Partimos de Gorostiza, junto al polideportivo de mismo nombre, junto al Parque Tellaetxe, una zona donde podemos aparcar nuestro coche de forma gratuita y desde donde comienza un cómodo bidegorri (camino rojo en euskera). Un camino para peatones y ciclistas, que, acompañado por el rio Castaños, nos conduce por el lateral derecho de la carretera durante buena parte del recorrido. Aunque es posible recorrer este paseo por ambos lados de la carretera, por izquierda y derecha, el lateral derecho ha sido reacondicionado y está algo más alejado de la carretera. Más tranquilo.

Al terminar el bidegorri, volvemos a la carretera, empezamos a entrar en contacto con el pantano de Gorostiza, el pantano de El regato, construido para el uso exclusivo de la emblemática empresa bizkaina Altos Hornos de Vizcaya (AHV). Hoy en día, el pantano no tiene utilización industrial alguna, pero contribuye a crear un idílico lugar para el ocio y el esparcimiento.

Continuamos bordeando el pantano hasta llegar al núcleo urbano de El Regato, es aquí, donde se encuentra el Centro de Interpretación Histórica y Medioambiental de Barakaldo, un pequeño e interesante museo que nos muestra alguno de los secretos mejor guardados de El Regato.

Aunque la ruta que os proponemos termina aquí, si este recorrido os sabe a poco podéis atravesar El Regato y subir rodeando el pantano de Etxebarria, conocido popularmente como el «pantano viejo», realizando por completo la ruta de los pantanos.  Llegados a El Regato, es obligatorio hacer dos cosas, la visita al Centro de Interpretación y la degustación de un buen hamaiketako (almuerzo de las 11 en euskera).

El núcleo urbano de El regato representa uno de los límites del pantano de Gorostiza, permitiéndonos pasar de una orilla a otra mediante la utilización del puente que encontramos junto a la iglesia de San Roque. Por tanto, a la vuelta, tenemos opción de elegir el camino a seguir, volver por la misma orilla o por la opuesta.

Como podéis apreciar, la ruta entre El regato y Gorostiza, amena, sencilla y con muchos alicientes, nos ofrece un plan perfecto para todas aquellas personas que quieren conocer la cara rural de Barakaldo.